
Luego de decretada la cuarentena por el presidente de la Nación, el transporte urbano de la ciudad se vio afectado por la poca circulación de gente, se tomaron las medidas adecuadas, el uso obligatorio de barbijo, alcohol en gel dentro de las unidades, solamente podían ocuparse la mitad de la capacidad del coche, controles estrictos en los mismos, prohibición de la circulación sin los permisos correspondientes.
El sistema fue gratuito durante los primeros 60 días de cuarentena para aquellos trabajadores esenciales (personal de salud, de supermercado, policías) esto perjudico las ganancias de las empresas por cantidad de boleto cortado, ya que del 100% del pasaje. Solamente abonaba el 20%, fue un golpe fulminante para las prestatarias del servicio, aunque la medida era buena desde el municipio no contaron con que desde nación los subsidios serian casi en la totalidad para Buenos Aires. Y solamente el 10% se repartían las restantes provincias, era inviable sostener el transporte así.
Estas medidas desiguales llevaron a que en la segunda quincena de abril los choferes de Córdoba increíblemente decretaran un paro por tiempo indeterminado, esta asamblea se dio por la falta de pago de haberes de los choferes y se llevo a cabo por aproximadamente 40 días, en los que la ciudad y mas precisamente el palacio 6 de julio ardió en llamas.